Una de las grandes enseñanzas que nos deja el embarazo es aprender a escuchar al cuerpo, aprender a escucharse y a ponerse en primer lugar.
Esto puede parecer una obviedad o un cliché, pero aprender a escucharse y escuchar al cuerpo por sobre todas las cosas lleva tiempo. Estamos más acostumbradas a desestimar o postergar las necesidades del cuerpo. "Tengo hambre pero primero voy a terminar de hacer esto". "Estoy cansada, pero son las once de la mañana, ¡no puedo dormir una siesta ahora!"
El hambre, el cansancio, los dolores, las molestias, nos dan mensajes muy contundentes, son la guía que nos da nuestro organismo para que podamos responder a sus necesidades y así sentirnos de la mejor manera posible.
Es importante darle prioridad al cuerpo, lo cual quiere decir darse prioridad a una misma. Esto aplica para el embarazo pero también para la maternidad. Si ya tenés a tu bebé en brazos pensarás "¡¿Cómo?! ¡¿Darme prioridad?! ¡Mi bebé es mi prioridad!" Pero en el fondo sabes que no podes cuidar a nadie si no cuidas de ti misma.
¿Todas estas razones no son suficientes? ¡Hay una más! Estar en sintonía y en comunicación constante con nuestro cuerpo durante el embarazo nos va a ayudar después a comprender y a responder a las necesidades del bebé.