Hoy en muchas partes del mundo se celebra el Día de los Enamorados o el Día del Amor y la Amistad.
Por mi ciudad veo por todos lados corazones, chocolates y flores.
Así es que me entró la curiosidad y me puse a investigar sobre el origen de esta fiesta. Siempre me gusta preguntarme qué se esconde detrás.
¡Lo que descubrí, no me lo esperaba para nada!
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Sé que me salgo un poco de mis temas habituales (embarazo, parto, puerperio, maternidad) pero es que siempre me parece interesante saber de dónde venimos y por qué hacemos lo que hacemos. Y además, lo que descubrí tiene mucho que ver con cómo vivimos la maternidad actualmente.
La historia oficial cuenta que el Día San Valentin es una fiesta de origen católico, en honor a Valentín de Roma. Aparentemente, este Valentín casaba a soldados con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del Imperio.
Según una versión, en esa época los soldados tenían prohibido casarse porque se consideraba que una vez casados eran menos aptos para la guerra. Otra versión dice que Valentín los casaba de acuerdo a los votos cristianos, y en esa época el cristianismo estaba prohibido.
En cualquier caso, al enterarse de lo que Valentin estaba haciendo, el emperador lo mandó ejecutar y fue decapitado un 14 de febrero.
Ahora bien, en el Imperio Romano, entre el 13 y el 15 de febrero durante siglos se celebraron las llamadas fiestas lupercales, que en realidad tienen un origen muy anterior a Roma, y de hecho, diferentes autores, ya en aquella época, tenían distintas teorías sobre su origen.
Eran fiestas que hoy llamaríamos “paganas”, en honor al dios Luperco o dios Pan. Estas festividades estaban consagradas a la fertilidad. En una gruta sagrada, unos sacerdotes llamados “lupercos” sacrificaban a un perro o cabra (según las versiones) y con sus pieles hacían látigos. Después, bajaban desnudos en procesión y azotaban con esos látigos a todos los que encontraran por su camino para purificarlos. Según la tradición, participar en esta ceremonia a los hombres, les aumentaba su sexualidad, a las mujeres les aseguraba su fertilidad y a las embarazadas un buen parto. Una vez que todos llegaban a la ciudad, se hacía una fiesta enorme que creo que no hace falta que diga cómo terminaba…
Una vez que la Iglesia Católica se estableció como religión oficial en Roma, buscó la eliminación de las fiestas lupercales. Pero la iglesia sabía perfectamente que intentar eliminar y luchar contra algo algo sólo lo hace más fuerte, por lo cual utilizó la imagen de San Valentín para edulcorar este festejo. Así, de a poco las fiestas lupercales se fueron reduciendo hasta desaparecer y caer en el olvido.
Este es un claro ejemplo de cómo de a poco a través de la historia se van separando y oponiendo los conceptos de reproducción y fertilidad por un lado, y amor romántico, por el otro. Se va asociando a la fertilidad con algo sucio, prohibido, y se coloca al amor romántico como el valor máximo al cual todos deberíamos aspirar.
El Día de San Valentin es sólo un ejemplo más de una festividad pagana que la Iglesia Católica “maquilló” para incorporarla a su credo.
Creo que detrás de tanto "maquillaje" hay una verdad más cruda, tanto o más humana, y es una verdad a la que me parece importante acceder en algún momento de nuestro viaje de la maternidad.